Todos los comienzos generan un sensación especial. Una emoción que mezcla ilusión, nervios, entusiasmo, incertidumbre, miedo, pequeñas frustraciones. La vida está llena de arranques, parones, marchas hacia atrás y huidas hacia adelante.
Cuando tienes un hijo, a medida que va creciendo ves como esa personita que hace nada era parte de ti, ya empieza a ser alguien independiente y comienza a experimentar todas esas sensaciones. Por mucho que nos empeñemos en minimizar los riesgos, ya viven sus propias experiencias, sus arranques, sus retos y sus pequeñas frustraciones.
Hoy empezamos. Hemos llorado un poco. Hemos sonreído bastante. Hemos empezado.
Me gustan los comienzos.